Cada año, en México, se registran alrededor de 200 mil nacimientos prematuros, una situación alarmante que pone en riesgo la salud de los recién nacidos.
Según datos de la Secretaría de Salud (SSA), los estados con mayor incidencia de partos prematuros son Aguascalientes (10.3%), Zacatecas (10%) y la Ciudad de México (9.4%).
Los bebés prematuros, aquellos que nacen antes de las 37 semanas de gestación, enfrentan una serie de desafíos que incluyen bajo peso al nacer, inmadurez pulmonar y cerebral, y un sistema inmunológico débil. Estas condiciones pueden llevar a complicaciones de salud tanto a corto como a largo plazo, afectando significativamente su desarrollo.
Las madres adolescentes, menores de 18 años, así como las mujeres mayores de 35 años, presentan un mayor riesgo de partos prematuros. Esta vulnerabilidad se atribuye a diversos factores biológicos, socioeconómicos y de estilo de vida que pueden influir negativamente en el embarazo.
Para reducir la incidencia de partos prematuros, es crucial implementar medidas preventivas y proporcionar atención prenatal adecuada. Las recomendaciones incluyen una nutrición balanceada, mantener un estado emocional saludable, asistir a revisiones médicas mensuales con un especialista y evitar el consumo de tabaco y alcohol. Estas acciones no solo mejoran la salud de la madre, sino que también aumentan las probabilidades de un embarazo a término y un parto saludable.
La SSA enfatiza la importancia de la educación y el apoyo a las mujeres embarazadas para crear conciencia sobre los riesgos de un parto prematuro y las estrategias para mitigarlos. A través de campañas informativas y programas de salud pública, se busca promover un entorno más seguro y saludable para las madres y sus bebés.