El dato de inflación de la primera quincena de abril, en 6.24% anual, “estuvo muy en línea con la trayectoria que anticipó Banco de México, por lo que aumenta significativamente la probabilidad de que la tasa que alcanzamos en marzo ya sea la tasa terminal que estábamos buscando”, advirtió a título personal el subgobernador Jonathan Heath.
“No estoy afirmando que la tasa terminal es 11.25 por ciento. Dije que aumentó significativamente la probabilidad de que lo sea. ¿Cómo interpretar este dato? Nos estamos acercando cada vez más a que efectivamente sea 11.25%, pero todavía falta ver cómo se desenvuelve la información que se va ir dando de aquí hasta el 18 de mayo. Justamente, falta el dato de inflación de abril y deberíamos tener una mejor idea de cómo viene la inflación de la primera quincena de mayo”.
Entrevistado por El Economista, explicó que ahora, la decisión de la Fed ha ido perdiendo relevancia, (todavía no es completamente irrelevante, pero es mucho menos relevante que antes). ¿Esto que significa? Que nuestra decisión seguramente será la misma si la Fed sube o si no sube su tasa en su próxima decisión, programada para el 3 de mayo.
El banquero central subrayó que esta es su opinión muy personal. “Hay que recordar que al final de cuentas, la decisión es colegiada. Pudiera ser que yo opino que 11.25% pudiera ser la tasa terminal, sujeto a la información que conoceremos en estas semanas, pero faltaría que mis compañeros de la Junta opinen igual”.
A diferencia de las presiones inflacionarias mundiales que perjudicaron a México desde fines del 2020, ahora son las tensiones domésticas las que están presionando al Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). Y es ahí donde ya puede actuar la política monetaria restrictiva, afirmó el banquero central.
Reconoció que ahora “estamos viendo cierta persistencia inflacionaria doméstica” que se debe romper, pues los comerciantes suben los precios asumiendo que la trayectoria de la inflación seguirá al alza.
El banquero central evidenció que ya están cediendo las presiones inflacionarias mundiales que perjudicaron a México desde fines del 2020.
Se apoyó en los precios de los commodities del Fondo Monetario Internacional (FMI); el índice de precios de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO); así como el indicador de presiones de las cadenas globales que hace la Fed de Nueva York y el costo de los fletes marítimos, entre otros indicadores, para confirmar que la presión global ha empezado a ceder y va a dejar de alimentar a la inflación que ha perjudicado a México.
Y añadió que “sobre estas presiones tiene poco impacto la política restrictiva del banco central, y hubiera sido muy ingenuo pensar que, al acelerar el alza de tasas, habríamos bajado la inflación y el resto del mundo no. El choque inicial fue global”.
“Ahora estamos presentando una inflación más inercial por una persistencia inflacionaria doméstica y tenemos la tasa suficientemente restrictiva para enfrentar este reto”.
Agustín Carstens, gerente general del Banco de Pagos Internacionales, lo llama presión psicológica. Desde los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la subdirectora gerente, Gita Gopinath, recomienda mantener la postura restrictiva para enfrentar esta persistencia inflacionaria, señaló.
Y entre miembros de los Comités de Política Monetaria que incluyen a la Junta de Gobierno de Banco de México, existe un consenso más o menos amplio de que la postura monetaria que tenemos ahora es lo suficientemente restrictiva para combatir a la inflación.
Ahora debemos asegurar que ésta sea la tasa terminal y determinar cuánto tiempo la mantendremos en ese nivel, para así dejar que la política restrictiva actúe sobre la inflación, en el horizonte en que opera, que estimamos es de unos ocho trimestres.
En la conversación, el banquero central precisó que llevamos seis meses con la tasa en una postura restrictiva, que está suficientemente orientada para enfrentar la complejidad del problema doméstico de inflación.
Para determinar esta postura restrictiva, fue necesario tomar como referencia el rango de la tasa real neutral, que fue estimado por Banco de México entre 1.80 y 3.40%, una proporción que resulta de la diferencia entre la tasa nominal y las expectativas a 12 meses que están por venir..
a tasa real neutral, de 2.6%, fue estimada para que fuera consistente con una actividad económica alrededor de su nivel potencial y la inflación cercana a su meta de largo plazo.
Ahora mismo, la tasa real ex ante se encuentra en 6.5%, que resulta de la diferencia entre la tasa nominal que está en 11.25% y las expectativas de inflación para los próximos 12 meses que están en 4.75 por ciento. Esto significa que estamos 300 puntos arriba del rango alto de la tasa neutral.
El subgobernador Heath tomó el cuadro adjunto de las fases de incrementos en la tasa de política monetaria para explicar que hasta ahora han pasado cuatro fases de seis o siete que tendrá este ciclo.
Ahora mismo estamos en la Fase Cuatro de la tasa de política monetaria, que yo llamo “en busca de la tasa terminal”, relató. Y ahora debemos identificar cuánto tiempo debe mantenerse sin cambio la tasa para dejar que actúe la restricción monetaria sobre la inflación, lo que será la quinta fase del ciclo.
Y vendrá una sexta, donde debemos ajustarla en función de las expectativas que esperamos seguirán bajando, pero manteniendo una postura restrictiva.
Tal como lo muestra el cuadro adjunto, desarrollado por el mismo subgobernador Heath, la Fase I de la Tasa inició en junio de 2021 y terminó en diciembre del mismo año, constó de cuatro incrementos de un cuarto de punto cada uno que llevaron la tasa nominal de 4 a 5 por ciento.
En ese momento la tasa no tenía ningún efecto sobre las presiones inflacionarias porque primero, venían de fuera y después, nos manteníamos debajo del rango bajo de la tasa neutral, en una etapa expansiva. Teníamos que seguir avanzando en elevar la tasa a una posición que nos permitiera enfrentar las presiones que vendrían después en la parte doméstica.