Empezaron tocando la marimba en las calles y terminaron formando una banda de “marimba punk” que enloquece tanto a europeos como a estadounidenses, colombianos y mexicanos
El rock es un género muy popular en México, aunque este país no es necesariamente de los que más y mejores bandas del género exporta. Muchas son las bandas mexicanas de rock que tratan de captar audiencias fuera de sus fronteras, aunque pocas lo consiguen.
Eso sí, algunas de las agrupaciones mexicanas que han sido más efectivas a la hora de exportar sus sonidos son aquellas que, en lugar de ceñirse al tradicional formato de rock, se decantan por un sonido más diverso o de fusión.
Y ese es precisamente el caso de la banda mexicana Son Rompe Pera, una agrupación que además es feliz poseedora de un superpoder que pocas tienen: Un estilo propio e identificable.
El conjunto lo logra porque las raíces de su sonido no se localizan en la guitarra eléctrica, ni en el sonido pulsante del rock, sino en la musicalidad que se extrae de la marimba, ese instrumento de percusión de raíces africanas, cuyos orígenes modernos están relacionados con el estado mexicano de Chiapas.
Así, Son Rompe Pera se presenta como una banda de cumbia, fusión… Y sí, de rock, produciendo una amalgama sonora que ha logrado cautivar por igual a europeos que a estadounidenses, colombianos y mexicanos.
Luego de realizar una gira por el Viejo Continente, la cual fue coronada con su participación en el emblemático Womad Festival, en Charlton Park, la banda continuó su ruta por varias ciudades norteamericanas, para finalmente aterrizar en el Lunario del Auditorio, en México, donde recientemente presentaron su segundo disco, Chimborazo (nombre de la calle en Naucalpan donde viven algunos de ellos, y que al mismo tiempo los vincula con su padre, Batuco, quien les enseñó a tocar este instrumento).
Para llevar a buen puerto la producción de este disco, los integrantes de Son Rompe Pera se aliaron con el colombiano Mario Galeano (Frente Cumbiero, Ondatrópica, Los Pirañas), un experto en la materia con credenciales de sobra para ayudarlos a potenciar un trabajo de estas características.
Sobre esta producción, que ellos mismos definen como “un mix de cumbia moderna, beats de baile tropical, punk de baquetas frenéticas, guitarras psicodélicas, ritmos tradicionales mexicanos y colombianos, metales y una pizca de dub y hip-hop”, nos hablan los propios hermanos Mongo y Kacho, dos de los fundadores de la banda:
“No esperábamos el recibimiento que ha tenido este disco, pero están jalando muy bien y nosotros estamos contentos, porque sí fue un esfuerzo muy grande el que hicimos al grabarlo”, comparten.
¿Cómo surgió la idea de que Mario Galeano produjera el disco?
Ya lo conocíamos de unos años atrás, y después de platicarlo algunas veces decidimos grabar con él, porque también queríamos que el disco tuviera mucha de esa onda colombiana, aunque también tiene de Perú, de Chile y sobre todo de México, ya que nuestro instrumento principal es la marimba.
Ustedes aprendieron a tocar la marimba con su padre, cuéntenos esa historia.
Sí, fue gracias a él, nosotros teníamos unos 11 o 12 años cuando empezamos, y aprendimos con él, en las calles, porque como saben, es un instrumento que se toca mucho acá en la Ciudad de México y alrededores, y como que a veces suele asociarse más con la gente adulta, por eso estamos tratando de romper con esa idea… De repente ya van familias enteras a vernos, con todo y niños.
Han dicho que “la cumbia es el nuevo punk”, aunque a veces siento que suenan más a cumbia que a punk.
Sí, lo que pasa es que nosotros somos más bien una banda de tocar en vivo; cuando tocamos en vivo ya se escucha toda la distorsión, los efectos de la guitarra, la batería y todo el power… De hecho tenemos una anécdota bien chistosa, porque estábamos tocando en San Francisco, y en ese momento todo el público eran punks, así que empezamos a tocar la cumbia un poco más rápida y con más onda, hasta que se puso todo muy loco… Desde el primer disco estamos trabajando mucho en cómo llevar ese feeling de los conciertos a la grabación, y creemos que con este disco avanzamos mucho.
Ustedes tienen algo que pocas bandas de rock mexicanas poseen: Un sonido propio e identificable, ¿están conscientes de ello?
Sí, y por eso es que queremos invitar a la gente a que nos escuche, a que se atreva y vea que hay mucha buena música aquí en México, además de que nosotros aún estamos en el camino de experimentar para ver qué más cosas podemos hacer, para sacarle otros sonidos a la marimba, por ejemplo.
No quería dejar de preguntarles: ¿Han visto la película Las marimbas del infierno?
Sí, claro, es una especie de cortometraje, de Guatemala, ¿no? Claro… Nosotros también tenemos esas influencias, y así fue como creamos esto que consideramos que es como una especie de anarquía tropical con las cumbias y como tratamos de ir innovando a partir de la marimba.
Finalmente, la banda asegura que probablemente en septiembre de este 2023 vea la luz una edición de este disco que ha significado un verdadero salto cualitativo para ellos, antes de lanzar el siguiente, en el cual ya también están pensando.
El disco Chimborazo, en sus propias palabras:
“Selva Negra” es un tema inspirado en canciones de cumbia peruana, la letra habla de la selva y hasta de bebidas de Perú y es una muestra de lo que hicimos para representar eso, es un tema un poco folclórico con psicodelia.
“La Muerte del Amor” es una canción que hicimos con temática del Dia de Muertos, la letra habla de alguien a quien se le murió su pareja y está desesperado de que se fue y decide sacarla del panteón, es algo necrófilo y es una cumbia con ranchero.
“Chucha” es una fiebre de marimbas, al estilo Ramones. La palabra es un insulto chileno y está basada en un sueño que Mongo (marimba/voz) tuvo acerca de una abducción alienígena. Éste fue el primer sencillo del álbum y viene acompañado de un video de otro mundo.
“Cumbia Pa’ tu Madre” es un tributo a la nueva cumbia que va surgiendo en todos los rincones y pueblos pequeños, desde Naucalpan hasta Punta Arenas y más allá.
El único cover del álbum es una cumbia colombiana perdida, “Toño y el Demonio”, y la presenta el acordeón sedoso de Felipe Orjuela.
“Chata” es la canción que grabamos con nuestro admirado y reconocido Macha, colaborador de mucho tiempo, quien podríamos decir es nuestro padrino y es el líder de la nueva cumbia chilena que llena estadios en Chile con sus bandas Chico Trujillo y Bloque Depresivo.
“Chimborazo” es un tema folclórico para representar un poco más la marimba, ya que en estos tiempos casi no se hacen temas con marimba.
“Chico Migraña” es un tema tipo rap, reggae y hasta rock steady. La hicimos en una prueba de sonido. En el estudio de grabación sucedió la participación de nuestro amigo N.Hardem, reconocido rapero colombiano. Y narra la historia de un amigo que vino a México y los policías le pegaron.
“Cumbia es el nuevo punk” ha sido el manifiesto con el que declaramos nuestro afecto e influencia por estos dos géneros que históricamente han estado en lados opuestos, pero que hemos mezclado sin esfuerzo en nuestros shows en vivo y ahora en el álbum. Es una frase con que se ha ligado a la banda desde hace algunos años, y finalmente tiene su propia rola.
En “Proteus”, Gil Gutiérrez, nuestro amigo desde hace mucho tiempo y guitarrista oaxaqueño de renombre mundial, le da todo ese maravilloso sentido sonoro‐psicodélico.
“El Tamal” es un divertido himno a nuestro platillo tradicional tanto en México como en Colombia, nos acompañan con gaita y ritmos de merengue nuestras amigas de La Perla, quienes fueron gran compañía en el estudio.
“F.O.O.S” es un instrumental psicodélico con un ritmo frenético donde presentamos una verdadera cumbia‐punk. Es una de las canciones con más antigüedad dentro del disco.
Y “Batuco Son” es una cumbia que hicimos con Frente Cumbiero. Y por supuesto es un homenaje más a nuestro papá, de ahí el nombre “Batuco”.