Mohsen Sazegara habló sobre la represalia que el régimen persa planea contra el Estado judío por la muerte de Ismail Haniyeh en su territorio y explicó los peligros que esto conlleva para el país, lo que explica el retraso de la ofensiva.
Mohsen Sazegara, quien fundó el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y se ha exiliado de Irán desde hace más de 20 años, afirmó que las fuerzas armadas del régimen persa son mucho más débiles de lo que parecen y que no están preparadas para una guerra prolongada con su principal adversario, Israel.
Sazegara conversó con The Jerusalem Post sobre la represalia iraní contra el Estado judío después de la muerte de Ismalil Haniyeh, líder de Hamas, en una explosión en Teherán. El suceso ocurrido en el centro de la capital y en uno de los lugares más seguros provocó una gran indignación en el régimen, lo que llevó al ayatollah Ali Khamenei a tomar medidas represivas y no detenerse.
No obstante, pronto surgió el primer problema: Irán no tiene la habilidad de enfrentar una respuesta de Israel a esta ofensiva, a pesar de tener su aparente poder militar. Sazegara afirmó que cuando Khamenei se dirigió a los líderes militares y a los expertos del CGRI, quienes debían ofrecerle soluciones, le informaron que Irán no estaba preparado para combatir a Israel.
No poseen ningún equilibrio a nivel estratégico. A continuación, advirtió: «Pueden enviar misiles hacia Israel, especialmente misiles hipersónicos que pueden alcanzar el país en seis u ocho minutos, (pero) incluso si lanzamos un ataque, deberíamos considerar inmediatamente un alto el fuego con mediadores internacionales». Los informes de los líderes militares se centraron principalmente en la defensa aérea, que no podría detener las amenazas de las Fuerzas de Defensa.
El líder supremo iraní se encuentra en una situación difícil, ya que no solo enfrenta un desafío en su base de poder, los servicios de inteligencia, sino también en sus habilidades bélicas, que siempre ha destacado como su fuerza.
Sazegara explicó a The Jerusalem Post que como resultado, Teherán buscó a terceros países como Estados Unidos para negociar un ataque limitado sin que Israel respondiera, temiendo una posible escalada de tensiones. Se habrían llevado a cabo conversaciones «con la administración de Joe Biden» y el gobierno habría solicitado que se comuniquen con Israel, asegurando que Irán llevaría a cabo un ataque en algún lugar del país y asegurando que nadie moriría, pero que Israel no debería tomar represalias», agregó.
A diferencia de otras ocasiones en las que Washington intentó persuadir a su aliado en Oriente Medio de no utilizar su derecho a la autodefensa, en este caso Israel «no estuvo de acuerdo y (Estados Unidos) les dijo que «no podemos detenerlos»».
Esta situación se añadió a los desafíos previos a los que se enfrenta Khamenei al determinar un ataque contra su principal adversario. La situación bélica se vuelve aún más preocupante debido a la debilitada economía del país y la inestabilidad que resulta de ello.
Esto podría empeorar el segundo desafío del ayatollah, la falta de apoyo popular en caso de una guerra. De acuerdo con información de inteligencia, la mayoría de los ciudadanos iraníes se oponen a cualquier disputa con Israel, lo que reduce la capacidad del régimen para mantenerse en pie.
En tercer lugar, y más crucial, Khamenei debe considerar que una acción militar fracasada podría resultar en la derrota de sus fuerzas armadas y, por lo tanto, en una amenaza directa a su poder, ya que históricamente el Ejército siempre ha seguido al líder cuando se ve humillado.
En los últimos días, los líderes persas han adoptado una postura más moderada en sus declaraciones, incluso tres de ellos han expresado ante la agencia de noticias Reuters que un acuerdo entre Israel y Hamas para una nueva tregua podría obstaculizar su reacción ante la muerte de Haniyeh. Sazegara considera que esto es solo un esfuerzo del gobierno para ocultar sus fallas y escapar de su situación actual.
“Estoy seguro de que en Irán la propaganda dirá que ‘Israel en realidad nos tenía miedo y aceptó el alto el fuego’”,dijo, ademas agrego que en caso de que se llegue a un acuerdo “Tienen que hacer algo para decir a sus seguidores que fue una demostración de poder, que (Israel) aceptó un alto el fuego. Pero, si estas negociaciones (Israel-Hamas) no van a ninguna parte, no sé lo que hará Khamenei”.
“Supongo que consideraría la posibilidad de utilizar a los grupos interpuestos de Irán para tomar represalias contra Israel”, concluyó.
El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica se creó después de la Revolución de 1979 con el objetivo de ejercer el control religioso en el país y actuar como contrapeso del Ejército iraní, cuyos oficiales aún eran leales al Sha y no infundían confianza en el régimen.
No obstante, desde entonces, su poder y presencia han aumentado tanto en el país como en el ámbito global, lo que ha llevado a muchos Gobiernos a considerarlo como uno de los principales promotores del terrorismo islámico.
Sazegara participó en la creación del grupo, pero posteriormente se dedicó a la política en la década de los ochenta, cuando trabajó en el gabinete del Primer Ministro como viceministro de Industrias Pesadas, presidente de la Organización de Desarrollo y Renovación Industrial y viceministro de Planificación y Presupuesto. En el año 2001, no participó en las elecciones presidenciales.
Entre 1979 y 1981, ocupó el cargo de director general de la Radio Nacional.