El Aeropuerto Internacional de Orlando, el séptimo con más tráfico del país y el más transitado de Florida, cesó sus operaciones el miércoles por la mañana
El turismo en Orlando se paralizó rápidamente el miércoles con el cierre del principal aeropuerto y de al menos tres parques temáticos, así como otros negocios, lo que obligó a los residentes y visitantes de Florida a buscar refugio en los hoteles de la zona para escapar del huracán Milton. Este fenómeno meteorológico, que se pronosticaba que tocaría tierra en la costa el miércoles por la noche o en las primeras horas del jueves como un huracán de al menos categoría 3, amenazaba con arruinar las vacaciones de decenas de miles de turistas que habían llegado a Orlando con la esperanza de disfrutar de los icónicos parques temáticos de Walt Disney World, Universal Orlando y SeaWorld, así como participar en festividades de octubre como Halloween Horror Nights de Universal.
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Con la inminente llegada de Milton, tanto Disney como Universal tomaron la decisión de cerrar sus puertas el miércoles por la tarde, asegurando la seguridad de sus visitantes y empleados. SeaWorld, por su parte, decidió no abrir en absoluto, reflejando la gravedad de la situación. Las calles de la ciudad, habitualmente vibrantes y llenas de actividad, se vaciaron rápidamente, mientras los hoteles comenzaron a llenar su capacidad con aquellos que buscaban un lugar seguro. Muchos turistas, que inicialmente estaban emocionados por sus planes de vacaciones, se encontraron en una situación inesperada y tensa, con la preocupación por la fuerza del huracán y sus posibles efectos.
Las autoridades locales instaron a todos a permanecer en sus habitaciones y a seguir las recomendaciones de seguridad, mientras se preparaban para enfrentar las inclemencias del tiempo. Los residentes de la zona, muchos de los cuales ya habían experimentado huracanes en el pasado, se movilizaron para asegurar sus propiedades y estar listos para cualquier eventualidad. A medida que la tormenta se acercaba, la comunidad se unía en solidaridad, compartiendo información y ofreciendo apoyo a quienes lo necesitaban.
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Algunos turistas se sintieron decepcionados por los cierres, mientras que la inminente tormenta despertó cierta ansiedad en otros.
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Linda y Bob Shaffer, originarios del noreste de Pensilvania, se encontraron en una situación inesperada al verse obligados a refugiarse en el departamento que habían alquilado en Orlando debido al inminente huracán Milton. Con una previsión cuidadosa, se habían aprovisionado de pizza, mantequilla de cacahuate, bebidas, linternas y una baraja de cartas, asegurándose de tener todo lo necesario para sobrellevar el encierro. Decidieron aprovechar sus últimas horas de libertad paseando por los lugares de ocio del complejo, disfrutando del ambiente festivo que aún persistía antes de que la tormenta interrumpiera sus planes.
Mientras caminaban, comentaron sobre lo surrealista de la situación, llenos de una mezcla de nerviosismo y determinación. «Sólo estamos matando el tiempo hasta que tengamos que vernos las caras durante las próximas 24 horas”, bromeó Linda, tratando de mantener el ánimo ligero. Ambos sabían que la próxima jornada podría ser larga y desafiante, pero decidieron enfocarse en lo positivo: el tiempo que habían pasado juntos en un lugar nuevo, la diversión de un juego de cartas y la comodidad de estar juntos en medio de la adversidad.
Con cada paso, la pareja notaba cómo el ambiente se tornaba más silencioso y sombrío, a medida que otros turistas también se retiraban a sus alojamientos. Aun así, Linda y Bob se tomaron un momento para apreciar lo que quedaba de su escapada. Hicieron planes sobre cómo entretenerse durante el confinamiento, desde jugar a las cartas hasta contar historias sobre sus propias experiencias con el mal tiempo en casa. En medio de la incertidumbre, la conexión entre ellos se fortalecía, recordándoles que, pase lo que pase, se tenían el uno al otro.