Las obras atribuidas a Panselinos, de finales del siglo XIII y principios del XIV, son consideradas como las mejores producidas en un imperio que abarcaba Europa y Asia, y que perduró desde la caída de Roma hasta la captura de Constantinopla por los turcos otomanos en 1453.
Recientemente, técnicas de resolución de crímenes aplicadas a un manuscrito medieval iluminado en París han resuelto un enigma centenario: la verdadera identidad de este destacado pintor bizantino. Se cree que Panselinos era solo un apodo, y que el nombre real del artista era probablemente Ioannis Astrapas, de Tesalónica, una ciudad del norte de Grecia.
Este estudio ha sido fundamental para entender mejor la obra de Panselinos y su influencia en el arte religioso ortodoxo, destacando la importancia de la colaboración interdisciplinaria en la investigación histórica.