La ciudad vivió una jornada diferente: sin motores, sin prisa y con el compromiso de pensar una movilidad más limpia y humana.

En el marco del Día Mundial sin Auto, Aguascalientes dejó por un momento el ruido del tráfico para llenarse del sonido de pedales, timbres de bici y risas familiares. Con una nutrida participación ciudadana, se llevó a cabo la tradicional Rodada por el Día Mundial sin Auto, una actividad que transformó por algunas horas el centro de la ciudad en un espacio libre de vehículos motorizados.
El punto de partida fue frente al Palacio Municipal, donde desde temprano comenzaron a llegar ciclistas de todas las edades, familias completas, colectivos ambientalistas y funcionarios públicos. Unidos por una misma causa: repensar cómo nos movemos en las ciudades.
Un recorrido con mensaje
El trayecto cubrió diversos puntos del centro y zonas urbanas aledañas, y sirvió para visibilizar los beneficios que trae la reducción del uso del automóvil: menos contaminación, calles más seguras y una vida urbana más saludable.
Aunque no se trató de una competencia, el espíritu fue de compromiso y celebración. Las vialidades, por un momento, dejaron de ser territorio exclusivo de autos y camiones para convertirse en espacios de convivencia, movilidad alternativa y conciencia ambiental.
Tecnología y alternativas sostenibles
Al finalizar la rodada, los asistentes pudieron conocer y probar distintos medios de transporte ecológico, como bicicletas eléctricas, scooters y patines eléctricos, con asesoría de expertos en movilidad urbana.
Estas opciones buscan ofrecer soluciones reales para sustituir el auto en los trayectos cortos del día a día, promoviendo una cultura más verde y menos dependiente de los combustibles fósiles.
“Sigamos rodando, sigamos cambiando”
El organizador del evento, Christian Gutiérrez, agradeció la participación y lanzó un mensaje claro: “Esto no debe quedarse en un solo día. La movilidad sostenible empieza con nuestras decisiones cotidianas”.
La jornada concluyó con el ánimo en alto y con una lección compartida: otra forma de moverse es posible. Aunque las bicicletas volvieron a sus hogares, el mensaje quedó claro en las calles: la ciudad puede funcionar –y disfrutar– sin autos.