Los aranceles propuestos por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sobre el petróleo canadiense podrían tener un efecto significativo en la economía estadounidense, desatando una inflación considerable.
Dado que más del cincuenta por ciento del petróleo crudo importado por Estados Unidos proviene de Canadá, estos aranceles tendrían un impacto directo en los costos energéticos.
El aumento en los costos del petróleo implicaría un encarecimiento de productos derivados del petróleo, como la gasolina, lo cual afectaría a diversos sectores económicos y a los consumidores. La industria del transporte, que depende en gran medida del combustible, se vería particularmente afectada, lo que podría traducirse en mayores costos de transporte de bienes y, en última instancia, en precios más altos para los consumidores finales.
Expertos en economía han advertido que la implementación de estos aranceles podría interrumpir las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Canadá, dos socios comerciales históricamente importantes. Además, señalan que los consumidores estadounidenses podrían enfrentar una inflación generalizada debido al aumento de los costos energéticos.