La reina Letizia inaugura la Feria del Libro, que permanecerá abierta hasta el 12 de junio. El sector editorial español mantiene la tendencia al alza en 2022, con una subida del 5,7%, y confía en que la compra de libros resista a la inflación
Sin mascarillas, ni aforo limitado, en las 378 casetas de venta de libros instaladas en el Parque del Retiro de Madrid se ha celebrado este viernes el regreso a la normalidad pospandémica. La reina Letizia arrancaba su tradicional paseo inaugural en torno a las 11 de la mañana vestida de rosa con un traje largo, y acompañada, entre otros, por la nueva directora de la Feria del Libro de Madrid, Eva Orúe; la ministra de Educación, Pilar Alegría; el alcalde, José Luis Martínez Almeida; la vicealcaldesa, Begoña Villacís; la consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, y la directora General del Libro, María José Gálvez —el ministro Iceta estaba en Cannes—. Un amplio dispositivo de seguridad mantenía a los visitantes, paseantes y curiosos a raya, pero esto no ha impedido que la reina respondiera en distintos puntos del recorrido a los gritos del público que reclamaba fotos y firmas, incluso en libros ya firmados por sus autores.
A las paradas en las librerías Cervantes y Compañía, Remo, Desnivel y Polifemo se ha sumado una en Graduados, tienda de venta de libros de Parla que debuta en esta edición de la feria. El recorrido de la comitiva ha incluido los distintos pabellones, la caseta de Portugal —que celebra el centenario de José Saramago— y el encuentro con el escritor griego Theodor Kallifatides, que le ha entregado dedicada su novela Timandra —”un libro sobre una mujer muy independiente, fuerte e inteligente”, ha puntualizado el autor minutos antes—. En la editorial y librería Desnivel, que mantiene el local de venta de libros más antiguos de Madrid en la plaza de Matute, le tenían preparado Cuerdas rebeldes, volumen sobre mujeres alpinistas, de Arantza López Marugán, y ella también recogió Yoga y escalada, de Elieen Jubes. ¿Qué más títulos se ha llevado la reina, o más bien los hombres con los maletines que le guardaban la espalda? Entre otros, La insumisa, de la flamante premio Cervantes Cristina Peri Rossi; Telegramas cinéfilos, de José Luis Garci; El último verano en la URSS, de Sara Gutiérrez, y La otra historia de Estados Unidos, del revolucionario dramaturgo y escritor Howard Zinn. También libros de los recientemente fallecidos Domingo Villar (Algunos cuentos completos) y Ouka Leele (En este jardín, no matarás). Un tomo con los escritos de Santiago Ramón y Cajal, editado por Biblioteca de Castro, y una edición del Ulises de James Joyce han dejado constancia de dos de las efemérides que se celebran este año.
Tras la lluvia y granizada del último San Jordi el pasado 23 de abril en Barcelona, que aguó en gran medida esa primera fiesta libresca, a la feria de Madrid el sector editorial español llega con buen ánimo. Las cifras del sector del libro en España continúan al alza en este 2022. Según los datos de la consultora GFK, las ventas han subido en lo que va de año un 5,7% respecto del mismo periodo en 2021, con subidas especialmente acusadas en cómic, novela gráfica y manga (22%) e infantil y juvenil (9%). En 2021 el crecimiento fue del 21% respecto de la normalidad prepandémica de 2019. “Todo crece, hay buenos vientos para los libros y confiamos en que resista a la inflación”, explicaba Pilar Reyes, directora de la división literaria del grupo Penguin Random House Mondadori. Ante la creciente carestía del papel y el cartón y los problemas de transporte que el sector ha padecido en los últimos meses, no se han tomado medidas especiales de cara a la feria, dice Reyes, sino que se ha ido respondiendo a medida que han ido surgiendo los problemas. “La feria de Madrid tiene un formato muy distinto de las de otros países hispanohablantes, esta es para los habitantes y visitantes de la ciudad, para el encuentro de autores con su público. Madrid es una ciudad de espacio público y reunión y así es su feria”.
Irene Antón, fundadora de Errata Naturae, una de las editoriales que tras la última edición de la feria, celebrada de manera excepcional en otoño de 2021 con restricciones pandémicas, elevaron una queja por la discriminación que los pequeños sellos habían sufrido al ser ubicados en un pasillo central, habla de buenas expectativas. Este año, con la vuelta al espacio original, de momento no hay quejas. “Hay entusiasmo por retomar el contacto más natural y que la enfermedad no esté presente”, explica. “La nueva dirección no ha tenido mucho tiempo para preparar cambios, así que este será un año de prácticas. La feria siempre es un lugar exitoso y de intercambio y en esa diversidad los pequeños tenemos un papel importante”.
Algo de esto pareció guiar a la reina Letizia, que añadió a su recorrido algunas paradas espontáneas en la caseta de Huerga y Fierro, y la que comparten las editoriales Uña Rota, Delirio y Automática, donde se ha interesado por Mi libro madre, mi libro monstruo, de Kate Zambreno, y un volumen del poeta Raúl Zurita, entre otros títulos.
“La expectativa es superar las cifras de 2019, cuando hubo 2,3 millones de visitantes y se recaudaron 10 millones en ventas”, explica Pablo Bonet, secretario de la feria y del Gremio de Libreros de Madrid. “La última edición en 2021 coincidió con la campaña de ventas de libros de texto y fue complicado. Ahora en el Retiro hay 107 librerías, 50 generalistas, y dos de las debutantes, Lata Peinada y Mistral, han llegado a instalarse en la ciudad desde Latinoamérica”. La inflación, dice Bonet, por el momento afecta más a las editoriales que a las librerías, pero no se descarta que en unos meses haya que subir los precios.
¿Consejos para los visitantes? La directora Orúe aconseja que “se protejan del sol y se tomen su tiempo”, y destaca las actividades que, más allá de las 3.223 firmas de autores previstas hasta el 12 de junio, salpicarán el calendario con homenajes, charlas y debates. Sin megafonía ni mapas impresos, una aplicación de móvil y el personal de la feria vestido de naranja ofrecerán información, pero quizá esta sea una buena ocasión para perderse entre los libros y casetas.
Fotos de Álvaro García