La escritora utilizaría su discurso para agradecer a sus colegas y evidenciar la creciente influencia de la literatura escrita por mujeres en México
Carmen Boullosa, al recibir esta tarde el Premio Bellas Artes de Literatura Inés Arredondo 2023, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, habló de la escritora que comenzó a ser adolescente, de la escritura como protección y escudo, de hallar en las palabras, puestas sobre el papel, su “duelo feliz” ante la orfandad materna, de las presencias literarias, de su literatura escrita en varios géneros y dejada en más de 20 novelas —no todas publicadas— y en varios libros de poesía.
“Enlazo con nudos firmes poema y novela. Y cuando una intuición me habla, no es inusual que no sé en qué va a terminar el texto, Sí será un poema, una narración, o si devendrá en una combinación de imágenes y palabras”, afirmó la escritora que fue elegida por unanimidad por el jurado integrado por Brenda Lozano, Claudina Domingo y Ana Belén López, por “su amplia trayectoria”.
Luego de recibir el diploma del Premio, Carmen Boullosa dijo también sentirse honrada por acompañar a quienes lo han recibido: Beatriz Espejo, Pura López Colomé, Tedi López Mills y Cristina Pacheco, “cada una admirable por diferentes motivos”; pero sobre todo porque lleva el nombre de Inés Arredondo. Por eso dedicó este premio a los hijos de Inés, “Inés, Pancho y Ana Segovia”.
Boullosa dijo que los cuentos de Inés Arredondo le provocan tanta admiración como asombro, “¿cómo pudo capturar en la prosa impecable, limpia, bella, en el ritmo y tono, en la construcción, en el orden interno, en la perfección de las tramas?, ¿Cómo pudo capturar ahí la presencia constante y turbia de un cauto ejército de demonios?, su escritura es un fenómeno al tiempo que contiene como un dique de vidrio la avalancha del mal es piel sensible, delicada”.
Recordó que conoció a Inés y la trató un tiempo gracias a su hijo Francisco Segovia, “la tengo muy presente, brillante, genial y amortajada en un dolor irresuelto, un pre dolor o pos dolor que escapa a mi compresión y sobre el que he bordado incontables conjeturas. Más que un poeta maldito, Inés Arredondo arrastró una cauda que la iba incendiando”, agregó.
Y para cerrar su discurso en la ceremonia donde estuvo acompañada de su familia y amigos que le brindaron un aplauso largo y de pie, Boullosa equiparó a Inés Arredondo con la española María de Zayas. “María de Zayas e Inés Arredondo con estrategias bien distintas hacen volar por los aires eso que se llama patriarcado, el orden de la vida privada. María de Zayas tan opuesta a la elegancia formal de Inés Arredondo lo hace en sus novelas cortas plagadas de violencia y crímenes en el espacio doméstico, Inés en sus cuentos, de sensualidad, turbiedad y la sombra del pecado”.
Brenda Lozano, al leer el Acta del Jurado, dijo que Boullosa ha explorado una gran diversidad de temas y géneros literarios en las últimas décadas, por lo cual ha logrado, a través de sus publicaciones, una gran resonancia internacional y ha llevado lejos la literatura escrita por mujeres mexicanas.
Agradeció a Boullosa “abrirnos puertas a las escritoras que seguimos. Ábrenos más”, dijo y agregó: “Tú nos has abierto un montón de puertas a nivel internacional en muchísimos de los aspectos que implica también la escritura, tú has experimentado un montón de espacios en la cultura, has dado clases en las universidades más importantes del mundo, has experimentado con tantos géneros literarios. Nos has abierto puertas importantísimas en un tiempo en el que ser mujer, ser mexicana era imposible ser escritora”.
Lozano también destacó que existan estos premios dirigidos a mujeres escritoras. “Hay muy pocos espacios, históricamente se ha invisibilizado el trabajo de las escritoras. La importancia de estos espacios es enorme, hay que defender estos espacios”.
Por su parte, Lucina Jiménez, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, que junto con el gobierno de Sinaloa organiza el Premio Inés Arredondo, dijo que Carmen Boullosa es mucho más que una escritora, es sobre todo una gran protagonista de la vida cultural e intelectual de México, y que su aportación a la literatura es significativa, pues desafía las estructuras narrativas tradicionales y experimenta con técnicas muy propias, muy personales.
“Gracias por tu vitalidad, capacidad de asombro por tu mirada filosa e inteligente, crítica y también amorosa, por tu congruencia, por no callar ante los dramas de nuestros días, por sembrar esperanza y ponernos frente ante nuestros propios dilemas a través de la fuerza de tu poesía y tus palabras, ese oficio de alquimista que hoy celebramos”, concluyó.