Cuanto todo el mundo daba por hecho que esta Semana Santa no había pisado Mallorca, hoy ha trascendido que don Felipe aprovechó sus vacaciones para realizar una visita privada a la isla.
Según recoge el diario mallorquín Última Hora, el monarca se acercó a Palma el martes pasado, dos días antes de visitar junto a doña Letizia y sus dos hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, el centro de acogida a refugiados ucranianos de Pozuelo de Alarcón.
Don Felipe aprovechó su viaje para visitar las instalaciones del Club Náutico de El Arenal con motivo de la Copa de España de clase 420, que arrancaba al día siguiente. Vestido con pantalones vaqueros y ropa informal, el rey estuvo charlando y fotografiándose con los regatistas que participaban en la competición. Entre ellos, los regatistas de la Federación Cántabra de Vela, que compartieron en su Instagram una foto con el monarca que hasta hoy había pasado inadvertida.
La información de Última Hora asegura que don Felipe también aprovechó su breve estancia en la isla para visitar a su madre, la reina doña Sofia, quien este año ha sido la única que ha pasado sus vacaciones en Mallorca. La reina Sofía se dejó ver con su hermana, la princesa Irene de Grecia, en una de las procesiones del Jueves Santo.
El Domingo de Pascua, sin embargo, faltó a la tradicional misa en la catedral de Palma, una cita que antes de la pandemia servía de reunión a la familia real pero que este año no ha contado con la asistencia de ninguno de sus miembros.
La misa de Pascua ha servido así para poner una vez más de manifiesto la desunión que existe actualmente en la familia real, repartida esta Semana Santa entre Madrid, Mallorca y Abu Dabi.
En esta última ciudad tuvo hace unos días don Juan Carlos la oportunidad de ver a sus hijas, las infantas Elena y Cristina, y varios de sus nietos, quienes posaron junto a él en una comentada fotografia.
