Las elecciones de estos dos estados serán la última aduana que tendremos que pasar antes de las elecciones federales del próximo año.
El Estado de México goza de una de las calificaciones más altas a nivel nacional: HR AA+; Coahuila, por su parte, en su última revisión refrendó un HR A-. Esta diferencia está marcada básicamente por dos variables importantes: su nivel de endeudamiento relativo y su servicio de deuda.
Coahuila, a pesar de que no ha tomado prácticamente endeudamiento después de la instauración de la Ley de Disciplina Financiera (LDF), presenta una Deuda Neta a Ingresos de Libre Disposición de (DN/ILD) de 149%, mientras que el Edomex tiene en esta misma métrica niveles de 30.9%.
Un efecto que no habría que dejar pasar a la ligera es que, en la historia reciente, justo fue el estado de Coahuila quien presentó serios niveles de endeudamiento, que ni siquiera estaban totalmente registrados ante Hacienda. Parte de estas malas prácticas fueron cubiertas con la LDF, pero le acarreó al estado la imposibilidad, durante varios periodos, de nuevos financiamientos. Si éstos hubieran existido y se hubieran aplicado correctamente, habrían repercutido de manera positiva en el crecimiento de la entidad,
Con las recientes alzas en las tasas de interés, Coahuila se vio afectada durante todo el 2022. En su última revisión, el Servicio de la Deuda a Ingresos de Libre Disposición (SD/ILD) fue de 16.7% contra un 2.1% del Estado de México. En ambos casos, la expectativa de la curva de endeudamiento es que se mantenga de manera muy similar y en ambos casos en crecimientos muy marginales. Esto coincidiría con el último resultado en el sistema de alertas de la SHCP. Según esta evaluación, el Estado de México se clasificó como “Endeudamiento Sostenible”, mientras Coahuila como “Endeudamiento en Observación”.