El debate sobre el límite del salario mínimo en México ha ganado relevancia en los últimos meses, especialmente con el anuncio del aumento para 2025.
Este incremento, que se aplicará a partir del 1 de enero de 2025, busca mejorar las condiciones laborales y garantizar que los ingresos mínimos puedan cubrir al menos 2.5 veces la canasta básica.
Sin embargo, algunos expertos argumentan que este aumento, aunque significativo, podría no ser suficiente para abordar las disparidades salariales entre diferentes regiones del país. Por ejemplo, el salario mínimo en la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN) será mayor que en el resto del país. Esta diferencia ha generado preocupaciones sobre la equidad y la competitividad en el mercado laboral.
Además, el aumento del salario mínimo también tiene implicaciones fiscales y laborales para las empresas. Las organizaciones deben ajustar sus presupuestos y sistemas de nómina para reflejar los nuevos montos y garantizar el cumplimiento de las disposiciones laborales vigentes. Las contribuciones a la seguridad social, como el IMSS e INFONAVIT, también aumentarán, lo que podría impactar en los costos operativos de las empresas.
El gobierno ha defendido el aumento como una medida necesaria para reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida de los trabajadores. Sin embargo, algunos economistas advierten que podría haber un límite en cuanto a cuánto se puede incrementar el salario mínimo sin afectar negativamente la competitividad y la creación de empleos.