La judoca mexicana Edna Carrillo dejó a un lado esa edición de los Juegos Olímpicos ya que tuvo que prepararse para otro gran reto: el ser madre
Los Juegos Olímpicos son el evento deportivo más soñado para cualquier atleta del deporte amateur, y para volverlo realidad deben de recorrer un largo y complicado camino, donde incluso muchos se quedan en el intento, por lo tanto quien logra esa plaza olímpica culmina con éxito un ciclo, sin embargo, hay quienes por alguna situación deben dejar que se esfume ese sueño a pesar de tener el boleto en sus manos, tal fue el caso de la judoca Edna Carrillo, quien tomó esa decisión para continuar con su embarazo.
La jalisciense confiesa que no tenía idea de que estaba embarazada y se enteró cuando tenía 10 semanas de gestación, además fue en el momento que le confirmaron que ya había conseguido el boleto a Tokio, por lo que llegó la hora para Carrillo de tomar una determinación y fue dejar que se esfumará el sueño olímpico, pero no se arrepiente de haberlo hecho.
Para Edna ser mamá le dio un giro de 180 grados a su vida personal y deportiva, y ahora busca estar en París 2024 sin descuidar a su hija Edna, a quien lleva a los entrenamientos que realiza en las instalaciones de la Conade.
¿Ahora el 10 de mayo tiene otro significado para ti?
Sería mi segunda ocasión festejando el día de las madres y la verdad el haber sido madre para mí es algo súper significativo, me cambió totalmente la vida, desde la forma de pensar, mi rutina, sobre todo por el gran amor que nació en mí por mi niña, y el amor que ella tiene hacia mí, es amor puro y sincero, súper inocente. El ser mamá significa bastante para mí, y siempre me ha gustado celebrarlo mucho con mi madre, pero ahora la situación es diferente y me he dado cuenta que las mamás tenemos un papel muy importante en la vida de los hijos.
¿El embarazo te tomó por sorpresa que tuviste que olvidarte de Tokio 2020?
Sí, la verdad es que me llegó muy de sorpresa, y de hecho acababa de entrar directamente a la clasificación ya con el Panamericano que tuve en Guadalajara, pero creo que fue un momento de muchos sentimientos encontrados. La verdad es que no te voy a decir como que desde que supe ya fue súper feliz y lo acepté totalmente, sí fue un choque bastante fuerte, y no por el hecho de que no quisiera ser mamá, la verdad es que siempre he querido serlo, pero no estaba preparada en ese momento. Creo que fue una decisión bastante grande en mi vida la que he tomado, pero no me arrepiento en lo absoluto, cada vez que veo a mi hija, que la veo crecer, que la veo jugar, me hace reafirmar que tomé la decisión correcta.
¿No sabías que estabas embarazada?
Tenía como 10 semanas cuando me enteré, realmente no tuve síntomas y estaba compitiendo, entonces no subí de peso, y me enteré cuando ya estaba un poquito más avanzado el embarazo. A lo mejor otras personas pensarían en tomar el otro camino, de elegir los Juegos Olímpicos, pero creo que en esa etapa de mi vida no era mi opción, aunque lo pensé, no lo niego, porque a final de cuentas estaba en este encuentro de sentimientos, estaba a punto de realizar otro sueño. Al final, ya con la mente más fría, pensé bien en qué era lo que quería realmente, y también creo que los planes de Dios son perfectos.
¿A Tokio 2020 te ibas a presentar con mayor madurez deportiva?
Sí. Río de Janeiro 2016 fueron mis primeros Juegos, y siento que estaba bastante preparada porque ya era un atleta un poquito más madura tanto deportivamente como personal, pero también eran mis primeros Juegos, y ahora para Tokio ya estaba con una mentalidad diferente, ya había visto cómo era todo el proceso, sabía que existía la posibilidad de poder meterme a las medallas, entonces iba con una mentalidad muy distinta a la que fui a Río. Por eso la decisión que tomé fue difícil, pero digo que siempre fue la correcta.
¿Cómo te has adaptado a los entrenamientos ahora que eres mamá?
No puedo decir que fue fácil, y tampoco puedo decir que es increíble todo, porque sí fue un proceso bastante difícil, tanto en la rutina como el pensamiento. Todo cambió totalmente, y creo que se ha complicado más que nada en el hecho de que ya tenía mi rutina y mis entrenamientos, tenía que ver siempre por mí, dormir bien, comer bien, descansar, entrenar al cien, y ahora está ella, y trato de ponerme en primer plano, pero al final de cuentas ella sigue dependiendo de mí por la edad que tiene. Afortunadamente mi entrenador ha sido comprensivo, y me ha ayudado mucho en esa parte de que no tengo el mismo proceso que todos mis compañeros porque tengo una carga extra de responsabilidad y eso cambia toda la perspectiva.
¿Cómo vislumbras tu camino rumbo a París 2024?
Al principio estaba dudando en eso porque quería estar al cien por ciento para ella, y no perderme nada de su crecimiento, pero al final me quedó esa espinita en el corazón de regresar y de poder lograr esto de los Juegos, que se quedó a medias, entonces eso me hizo sentir que lo principal que le quería enseñar a mi hija es que aún siendo mamá siempre tienes que buscar tus sueños. Ahora que soy mamá me he dado cuenta que la sociedad está acostumbrada a que tienes que ser madre y debes quedarte en casa y cuidar los hijos. La verdad es que me gustaría criarla con el ejemplo de que fui mamá, pero al final también era atleta de alto rendimiento, y también quería buscar un sueño que era muy mío”.
