La economía europea enfrenta serios desafíos debido al caos político en Francia y Alemania. La renuncia del primer ministro francés, Michel Barnier, y la fractura de la coalición liderada por el canciller alemán, Olaf Scholz, han dejado a ambos países en una parálisis política que podría durar hasta bien entrado 2025.
Esta situación complica la implementación de soluciones económicas necesarias para enfrentar problemas como el crecimiento tibio, la competitividad rezagada frente a Estados Unidos y China, y una industria automotriz en problemas.
El exjefe del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha recomendado medidas como la emisión de deuda común para apoyar la inversión pública y una política industrial a nivel de la UE. Sin embargo, sin el alineamiento franco-alemán, avanzar en estas áreas será difícil.