Elisabeth Kehrer aseguró que el gobierno de Viena sólo busca proteger un objeto que es importante para la cultura de México y el mundo
Austria entiende la demanda del presidente Andrés Manuel López Obrador para que el penacho de Moctezuma regrese a México, pero México debe entender también que para el gobierno de Viena es una obligación garantizar la conservación de un patrimonio que no sólo es importante para los mexicanos, sino para la cultura del mundo”, afirmó la embajadora austriaca, Elisabeth Kehrer.
De acuerdo con la embajadora, la devolución de la pieza prehispánica no debería ser motivo para dañar los lazos económicos, culturales y de amistad que ambas naciones mantienen de manera ininterrumpida desde hace más de ocho décadas.
“Es un tema sobre el cual tenemos que hablar y entiendo la posición mexicana, pero Austria tiene la obligación de garantizar la seguridad de un objeto que es muy importante para México, único, pero también para la cultura del mundo.
Tenemos que respetar que en estos momentos los expertos nos dicen que se trata de un objeto que no se puede mover”, afirmó Kehrer.
Se cree que el penacho, conocido oficialmente como penacho del México Antiguo, llegó al Viejo Continente gracias al conquistador Hernán Cortés. Según varios historiadores, la pieza prehispánica, que data de 1515, pudo ser un regalo del gobernante mexica Moctezuma Xocoyotzin tras la llegada del explorador español a las costas mexicanas a principios del siglo XVI, lo que, según los expertos, descarta la idea de que esta pieza -compuesta por plumas de quetzal y otras aves montadas sobre una base de oro y piedras preciosas- haya sido un hurto por parte de las tropas del conquistador español. Otra hipótesis señala que llegó a Austria como un regalo de Hernán Cortés a la familia Habsburgo a la que pertenecía el rey Carlos I de España.