En una protesta cargada de indignación y dolor, estudiantes de diversas facultades de la UNAM se reunieron frente a la Rectoría para exigir al rector Leonardo Lomelí y a su equipo de trabajo que tomen medidas inmediatas para la búsqueda de universitarios desaparecidos. Con un mensaje claro, los jóvenes denunciaron que las desapariciones en México se han vuelto parte de una rutina, mientras que las autoridades siguen ignorando la tragedia.

Durante el acto, los estudiantes realizaron un performance simbólico con pintas de manos ensangrentadas, zapatos y veladoras, uniendo su voz con los colectivos de madres y padres de los desaparecidos. Estos últimos manifestaron su frustración tras la negativa del fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, de permitirles ser observadores en la investigación sobre el rancho Izaguirre en Techuitlán, Jalisco.
Los estudiantes no solo criticaron la falta de acción por parte del gobierno, sino también la indiferencia de las autoridades universitarias frente a la desaparición de sus propios compañeros. Según señalaron, los universitarios no son buscados con la misma urgencia, acusando a la Rectoría de ser «indolente» y de olvidar los protocolos de actuación mientras permanecen «cómodos en sus escritorios».
Como parte de la protesta, los jóvenes instalaron una ofrenda simbólica con zapatos, velas y carteles, rindiendo homenaje a los desaparecidos y alzando su voz por la justicia. Además, pintaron las puertas, ventanas y paredes de la Rectoría de la UNAM con consignas que reflejaban el dolor y el reclamo por los desaparecidos, afirmando que el país se ha convertido en «una fosa del narco».
La manifestación sigue subrayando el urgente llamado a la acción para que las autoridades universitarias, así como las estatales y federales, asuman su responsabilidad en la búsqueda de justicia y el fin de la impunidad.