La filósofa y el artista presentan en el MACBA Corpus infinitum.
Denise Ferreira da Silva es catedrática del Instituto de Justicia Social de la Universidad de British Columbia y profesora adjunta de la Escuela de Arte, Diseño y Arquitectura de la Universidad de Monash; Arjuna Neuman, por su parte, es artista, escritor y realizador. La primera nació en Río de Janeiro en 1963; el segundo, casi veinte años más tarde, en 1984 y en un avión.
Ambos han realizado hasta ahora juntos tres películas, en los seis años comprendidos entre 2014 y 2020: se trata de Serpent Rain (2016), 4 Waters – Deep Implicancy (2019) y Soot Breath/ Corpus Infinitum (2020); las tres se completan con archivos vinculados a ellas, remiten a la posibilidad de encontrar alternativas frente a cuestiones candentes de orden social y medioambiental y pueden verse hasta septiembre en el MACBA de Barcelona, que dedica a estos proyectos la exhibición “Corpus Infinitum”.
En estas obras han venido a confluir las inquietudes dominantes en las investigaciones de la profesora y del artista, vinculadas a los conflictos territoriales, la explotación intensiva de los recursos naturales, la esclavitud, las relaciones entre el colonialismo de ayer y las migraciones de hoy o entre la raza y la estética; y sobre todo ligadas a la posibilidad de reordenar las formas de pensamiento emparentadas con esas vías de desarrollo económico y con las disputas por la soberanía, y a la opción de reaprender mecanismos de relación y sistemas de conocimiento que no impliquen una consideración dual del ser humano y la naturaleza.
En los tres filmes reunidos, trata de superarse una visión etnocentrista de la historia y del planeta en favor de una concepción del mundo en su totalidad, como un plenum o corpus infinitum en el que no es posible disociar lo humano, lo bacteriano, lo geológico y el clima, que serían proyecciones interdependientes de un único organismo. Tomando los cuatro elementos como punto de partida, estas piezas ofrecen grabaciones de paisajes de ámbito micro y macro, pasajes de animación y documentación de archivo, completándose con referencias muy diversas: desde la mecánica cuántica al blues, pasando por diferentes corrientes filosóficas, la música clásica, la teoría colonial o la cartomancia.
Su objetivo es proporcionar al espectador una experiencia intelectual y sensorial desde distintas escalas, superficies y perspectivas, incitándole a plantearse cómo se construye la subjetividad de cada grupo humano y de cada tiempo, cómo alcanzamos el conocimiento y cómo podemos tratar de modificar lo aprendido a través de herramientas que cuestionen el rol jerárquico que damos a la experiencia racional y, en último término, puedan servir para no profundizar en las fisuras que hoy separan a la especie humana, la naturaleza y el cosmos.
Otros nexos comunes entre las películas son la discusión sobre la primacía del ojo como órgano privilegiado para asimilar la cultura visual o la negación del tiempo lineal a través del uso crítico de los intertítulos y de un tipo de corte, llamado agujero de gusano, que favorece que tengamos la impresión de que todas las imágenes y sonidos existen a través de los otros.
Coincidiendo con la presentación de “Corpus infinitum” en el MACBA, se han traducido por primera vez al castellano tres ensayos escritos conjuntamente por Ferreira y Neuman: Reivindicaciones ancestrales y La purpurina interior (ambos de 2022) y Se avecina un terremoto (2023), cuya lectura puede resultar complementaria al visionado de las películas. Aluden, sobre todo, a la descolonización, que los dos consideran el único principio ético relevante de nuestros días.