Un vibrante homenaje a la identidad oaxaqueña a través del arte y la música
Foto: oaxaca.quadratin.com.mx
El desfile inaugural de la Guelaguetza en las calles de Oaxaca se ha convertido en un espectáculo que celebra la riqueza cultural de la región. Con bailes coloridos, música enérgica y máscaras tradicionales, este evento marca el inicio de un festival que atrae la atención de visitantes y locales por igual. Desde el 28 de octubre hasta el 3 de noviembre, la ciudad se viste de gala para honrar sus tradiciones y dar la bienvenida al Festival Cervantino.
El convite, una invitación a la fiesta, reunió a delegaciones de distintas comunidades, que desbordaron alegría y creatividad a lo largo de las calles. La música de tubas, tamboras y trompetas acompañó a las danzarinas, cuyas vestimentas bordadas con flores y adornos dorados brillaban bajo el sol. Elementos tradicionales como penachos de plumas y diablos con máscaras artesanales enriquecieron el desfile, creando un ambiente festivo y mágico que duró más de tres horas.
Dentro de este contexto, la obra «Torno y retorno ocre quemado» de Alberto Villarreal y Luis Villalobos presentó una narrativa visual que combinó objetos artesanales y teatralidad, contando la historia de un migrante con un pasado oscuro. A través de un monólogo intenso, el protagonista revela su vida, llena de desafíos y redenciones, llevando al espectador a una reflexión profunda sobre la identidad y la lucha en el contexto contemporáneo.
En otro rincón del festival, el Grupo Teatral Tehuantepec presentó «Otro día de fiesta», una obra que explora la vida de los muxes, un grupo significativo en la cultura oaxaqueña. A través de un diálogo que juega con la percepción y el humor, la obra revela las complejidades de las relaciones y la lucha por la aceptación en una sociedad que a menudo los marginaliza.
Ambas propuestas escénicas no solo rinden homenaje a la cultura oaxaqueña, sino que también abordan temas de migración, identidad y género, mostrando el arte como un vehículo para la reflexión y el cambio social. Con la dirección de destacados dramaturgos como Marco Petriz, el festival se consolida como un espacio para la crítica y la celebración, reafirmando el orgullo de una comunidad rica en tradiciones y diversidad.