La escritora surcoreana nació en Gwangju el 27 de noviembre de 1970, usa la prosa poética para enfrentar traumas históricos
Este año, la Academia Sueca, encargada de otorgar el Premio Nobel, eligió a la autora surcoreana Han Kang “por su intensa prosa poética que confronta traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana”.
La literatura es una disciplina artística que depende de la expresión escrita. Es la forma creativa en que quien escribe utiliza el lenguaje para comunicar emociones, historias, ideas e incluso ficciones. En esta actividad se realizan reflexiones profundas que intervienen en mover mentes, acabar con prejuicios, denunciar injusticias o hacer críticas sociales.
Por eso, el Premio Nobel de Literatura es uno de los más esperados, porque conocer al ganador o ganadora nos revela las inquietudes de la humanidad contemporánea.
Es posible encontrar algunos libros de Han Kang traducidos al español, como es el caso de:
La vegetariana
La historia gira alrededor de Yeong-hye, una mujer que, después de un sueño lleno de violencia y sangre, decide volverse permanentemente vegetariana. Esta decisión desata el inesperado rechazo por parte de su esposo, familia y la sociedad. Una vez que Yeong-hye reafirma su rechazo a comer carne, reflexiona sobre la violencia, lo que la lleva a rechazar todo lo relacionado con las convenciones sociales, sumergiéndose en una experiencia que poco a poco se vuelve más perturbadora y surrealista.
Actos humanos
Es una novela histórica que habla de la masacre de Gwangju en Corea del Sur, en mayo de 1980, cuando el ejército reprimió brutalmente una manifestación a favor de la democracia. Cuenta la historia de Dong-ho, un niño de 15 años que se ve arrastrado por los eventos de la tragedia mientras busca a su amigo. En su travesía, conoce a otros personajes que viven la violencia del gobierno militarizado.
Blanco
En este ensayo literario Han Kang lleva al lector a un viaje por una ciudad extraña donde reflexiona sobre la muerte de su hermano mayor que murió poco despues de nacer. La escritora surcoreana utiliza la metáfora del color blanco como el vacío y las posibilidades en la vida de su hermano, como una hoja blanca que se extiende llena de probabilidades pero también de cosas que nunca pasarán.