El ala-pívot estadounidense del Barça es, sin duda, el hombre del momento y está ofreciendo su mejor versión desde su llegada, tanto dentro como fuera de la cancha
Jabari Parker es, sin duda, el hombre del momento en el baloncesto europeo. Sus grandes actuaciones, tanto en la Liga Endesa como, sobretodo, en la Euroliga, unidas a varias jugadas espectaculares, han situado al ala-pívot azulgrana en el centro de casi todas las miradas, comentarios, e incluso rumores de futuro, desde que arrancó este 2024.
Pero no siempre fue así. Desde que el FC Barcelona anunció su fichaje a principios de agosto del año pasado, no fueron pocos los que cuestionaron lo conveniente de la operación.
Muchas dudas alrededor de su estado físico (infinidad de lesiones en su historial, incluidas dos roturas de los ligamentos cruzados de la rodilla), de su inactividad (no jugaba un partido oficial desde enero de 2022) e incluso de su adaptación al baloncesto y al estilo de vida europeos, al tratarse de la primera experiencia fuera de los Estados Unidos para un chico de barrio de Chicago, formado integramente en el baloncesto americano (high school, NCAA y NBA).
Y todo ello sin olvidar que, en teoría, venía a sustituir, ni más ni menos, que a Nikola Mirotic, buque insignia del conjunto azulgrana en las tres últimas temporadas. Más presión, imposible.
Aún así, desde el primer momento, desde dentro del club que quiso enviar un mensaje de tranquilidad y paciencia, destacando que Jabari Parker necesitaría su tiempo de adaptación pero que la confianza en él era total y absoluta.
Pero los primeros meses no fueron, para nada, halagüeños. Un Parker un tanto apático no acababa de entrar en los esquemas de un Roger Grimau recién aterrizado en el banquillo azulgrana, mucho más preocupado por que su equipo funcionara y ofreciera un rendimiento óptimo desde el primer día.
Números en mano, el rendimiento del ex NBA tras el primer mes de competición en la Euroliga eran, cuanto menos, decepcionantes: 7,4 puntos y 4,2 rebotes, para un 8,6 de valoración media en unos escasos 17 minutos de juego por partido.
El hombre que había venido a ser uno de los líderes del equipo, no pasaba de ser un simple jugador de rotación en el conjunto azulgrana.
Y las cosas no mejoraron en exceso en lo que quedaba de 2023. A pesar de algunos detalles de calidad y de tener más protagonismo en algunos partidos, Parker no acababa de encontrar la regularidad necesaria para asentarse como un elemento clave en este Barça.
Sus medias en Euroliga los meses de noviembre (11,6 puntos, 25% en triples y 10,2 de valoración) y diciembre (9,2 puntos, 4,8 rebotes y 10,5 de valoración) tampoco eran para tirar cohetes y las dudas sobre si finalmente acabaría llegando al rendimiento que todos esperaban se apoderaron incluso de los más optimistas.
Pero todo cambió con la llegada del año nuevo. Como si de un jugador nuevo se tratara, Jabari está sorprendiendo incluso a los más escépticos con varias actuaciones dignas de lo que de él, todo un ex nº2 del draft de la NBA y que llegó a promediar 20 puntos y 6 rebotes en la mejor liga del mundo, se espera.
Titular en todos los partidos en este 2024 y rondando los 30 minutos de juego de media, sus números han crecido de forma exponencial en la máxima competición continental, dignos de auténtico crack: 16,5 puntos, con un ¡60% de acierto en los triples! y 5,2 rebotes, para 18,5 créditos de valoración media.
Pero más allá de los fríos números, lo que realmente destaca de esta nueva versión de Parker es su actitud y su ascendencia dentro del equipo, y muchos de sus compañeros ya le ven como un líder y el jugador al que dar el balón en los momentos ‘calientes’ de los partidos, tal y como sucedió este pasado fin de semana en pista del Lenovo Tenerife, cuando anotó, con una frialdad asombrosa, el triple de la victoria (80-83) en el último segundo del partido.
Totalmente integrado ya al equipo y a la ciudad de Barcelona, y justo cuando los rumores sobre su futuro son cada vez más habituales (¿renovará con el Barça o volverá a probar suerte en la NBA?), Grimau afirmó recientemente que “pese a que hubo momentos en los que no acababa de entender alguna cosas, sabíamos que, si era feliz, Parker nos ayudaría mucho». Y parece que, por fin, Jabari es feliz. Y eso son muy buenas noticias para el Barça. Y para todos los aficionados al baloncesto. Abróchense los cinturones, que el vuelo JP22 ya ha despegado.