En Inglaterra, un padre y una madrastra han sido condenados a cadena perpetua por el asesinato de una niña de 10 años, cuya identidad ha sido protegida por motivos legales.
La pequeña sufrió maltratos constantes y murió debido a las graves heridas infligidas por la pareja.
El tribunal escuchó impactantes testimonios y revisó pruebas contundentes que mostraron el nivel de crueldad al que fue sometida la niña. Los fiscales destacaron que la víctima padeció un prolongado abuso físico y psicológico antes de su trágica muerte. La sentencia refleja la gravedad de los crímenes cometidos y envía un mensaje firme contra la violencia infantil.
Durante el juicio, se revelaron detalles escalofriantes sobre las condiciones en las que vivía la niña, incluyendo negligencia extrema y castigos severos. Los vecinos y familiares testificaron sobre los gritos y llantos que escuchaban regularmente, pero que nunca imaginaron la magnitud del sufrimiento que la niña estaba soportando.
La comunidad local ha expresado su alivio por la sentencia, esperando que sirva como un recordatorio de la importancia de proteger a los niños y denunciar cualquier sospecha de abuso. Organizaciones de derechos infantiles han aprovechado la ocasión para llamar a una mayor vigilancia y apoyo a las víctimas de maltrato.