LA RENOVACIÓN DEL MURAL «LA LUCHA CONTRA LA GUERRA Y EL FASCISMO» DE PHILIP GUSTON: UNA OBRA QUE VUELVE A LA LUZ TRAS TRES DÉCADAS DE OCULTAMIENTO

La restauración integral del mural en el Museo Regional Michoacano marca el regreso de una pieza clave del expresionismo abstracto, que reaviva las tensiones históricas y artísticas del México de principios del siglo XX.

Foto: mxc.com.mx

Después de tres décadas de permanecer oculto, el mural La lucha contra la guerra y el fascismo (1935) del artista canadiense Philip Guston está siendo sometido a una restauración integral que permitirá su reinauguración en 2025, coincidiendo con el 90 aniversario de su creación. La obra, que había pasado desapercibida en el Museo Regional Michoacano (MRM) debido a su ubicación en el segundo patio del recinto, está siendo restaurada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en colaboración con la Fundación Philip Guston. Se espera que los trabajos, que ya cuentan con un 80% de avance, culminen en noviembre de este año, para luego inaugurar visitas permanentes a la pieza a principios de 2024.

Esta restauración es un momento clave no solo para poner en valor la única obra de Guston en México, sino también para reavivar el debate sobre su relevancia en el contexto artístico y social de la época. La lucha contra la guerra y el fascismo fue inicialmente controvertida debido a su estilo y temática, en contraste con los murales costumbristas del muralismo mexicano. De hecho, el mural fue cubierto en 1940 debido a las críticas del sector conservador moreliano, que asociaron erróneamente sus imágenes con la Inquisición. En su lugar, el museo recibió una obra virreinal, El traslado de las monjas dominicas a su nuevo convento de Valladolid, como una especie de «compensación». No sería sino hasta 1975 que la obra de Guston volvió a ser visible, aunque en condiciones deterioradas debido a la técnica de fresco utilizada por el artista, que no empleó los mejores materiales.

La intervención actual representa la primera restauración integral de la pieza, lo que ha permitido a los expertos abordar de manera profunda el estado de conservación del mural. A cargo de la restauración está el Taller de Pintura Mural, dirigido por David Oviedo Jiménez, quien, con el apoyo de tres técnicos, está trabajando en la consolidación de la capa pictórica y en la reintegración cromática de la obra. Además, se han realizado análisis de humedad con georradar y videoinspección para identificar posibles fuentes de daño, como la filtración de agua pluvial. Como parte de las mejoras, se instalará un domo de cristal con filtro UV para proteger la obra de la exposición directa al sol.

Una de las particularidades de este mural es su ubicación en el segundo patio del Museo Regional Michoacano, lo que ha dificultado su acceso para los visitantes. Sin embargo, una vez finalizados los trabajos de restauración, se implementará un plan de manejo para su conservación, y un esquema de difusión para educar al público sobre su historia y su contexto artístico. La restauración no solo recupera una obra de gran importancia, sino que también ofrece una oportunidad para reflexionar sobre el papel del arte en tiempos de violencia y fascismo.

El mural de Guston no solo fue una declaración de principios contra la guerra y la opresión, sino que también representó una ruptura con las convenciones artísticas de su tiempo, abriendo camino a nuevas formas de expresión dentro del modernismo y el expresionismo abstracto. Su regreso, ahora restaurado y accesible para el público, es una reivindicación no solo de la obra misma, sino también del arte como una herramienta crítica para la reflexión social y política.

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