El gobierno importa el 86% del diésel y el 56% de la gasolina como ayuda estatal a las empresas y a los consumidores.
En medio de la crisis económica y energética que afecta a Bolivia, causada por el colapso de la industria petrolera y la falta de intercambio internacional, se ha discutido uno de los mayores gastos públicos: la subvención de los combustibles.
Después de la falta de diésel y gasolina durante los últimos meses, el líder propuso llevar a cabo un referéndum para consultar a la población sobre la persistencia de esta medida, una política pública que, según algunos miembros de la oposición, debería ser decidida por el Gobierno.
En un acto público ayer, el presidente Luis Arce expresó que la subvención ha tenido un impacto gradual en los fondos del Tesoro General de la Nación y afirmó que «con la situación actual, no será posible avanzar».
El presidente señaló que es una tarea muy costosa, tal vez más que enfrentar su levantamiento gradual, paulatino, sistemático, estratégico y sectorial (…) para que poco a poco nos vayamos liberando de este lastre que afecta a todo el país.
El país importa el 58% de la gasolina y el 86% del diésel que se consume en el mercado interno, según datos proporcionados anteriormente por el presidente Luis Arce. Al ser un producto subvencionado, el costo del combustible para el consumidor es bajo en comparación con los costos de otros países (la gasolina especial cuesta 3,74 bolivianos y el diésel 3,72 bolivianos, lo que equivale a alrededor de 0,53 dólares), lo que ha llevado a la creación de redes de contrabando de combustible, lo que ha empeorado el problema del país.
Antes de su salida de su cargo, Franklin Molina, exministro de Hidrocarburos, declaró que alrededor de 600 millones de dólares se venden ilegalmente.
El ministro de Justicia Iván Lima anunció el miércoles que la subvención de los carburantes en Bolivia tendrá un costo de 4.000 millones de dólares para este año.
Un referendo sobre la subvención
En su discurso por el Día de la Independencia, el presidente Arce ha sugerido un referéndum para abordar la subvención de los combustibles fósiles, así como dos modificaciones políticas en la Constitución que podrían llevarse a cabo el 1 de diciembre, junto con las elecciones judiciales.
Ayer se presentaron las consultas para el referéndum y se llevó a cabo una consulta independiente sobre el futuro de la subvención para el diésel y la gasolina.
¿Está de acuerdo con mantener la subvención actual a la gasolina especial y el diésel, a pesar del alto costo económico para las bolivianas y los bolivianos, y que al tener un precio mucho más bajo que el internacional, se produce contrabando, daño económico al Estado, escasez de dólares y desabastecimiento de combustibles?
Andrea Barrientos, una senadora de la oposición, cuestiona la forma en que se plantean las preguntas, las cuales son «tramposas» ya que el ciudadano carece de conocimientos profundos sobre la situación de los combustibles para tomar una decisión y no se ha establecido una ruta crítica para la asignación de la subvención.
El Gobierno reveló en su comunicado la introducción de un nuevo tipo de gasolina de alto octanaje, la Ultra Premium 100, cuyo costo más elevado dependerá de las variaciones del petróleo a nivel mundial.
El costo de la gasolina Premium aumentó, pasando de 4,79 bolivianos por litro a 5,71 bolivianos por litro. Por el momento, los precios de la gasolina especial y el diésel seguirán siendo los mismos.
Información tomada de: “Infobae”
https://www.infobae.com/america/america-latina/2024/08/22/como-estamos-no-podemos-seguir-adelante-luis-arce-admitio-que-es-insostenible-la-subvencion-de-los-combustibles-en-bolivia/