De la mano de Blue Origin, Denise de la Rue impulsa la entrañable iniciativa “Envía una postal al espacio”, la cual llevará los sueños de los niños más allá de lo imaginable.
Explorar las infinitas posibilidades que ofrece el arte alienta la práctica incansable de Denise de la Rue, artista multidisciplinaria, quien ha tenido, por igual, la posibilidad de colaborar estrechamente con prestigiados museos, que intervenir obras de los pintores más renombrados. En la actualidad, impulsa una fascinante iniciativa que permitirá que niños de distintos países envíen una postal al espacio.
Ella ha trabajado con diversas instituciones culturales, entre las que destacan el Museo del Prado, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y la National Gallery, y es la primera artista mexicana a la que La Succession Picasso le ha permitido usar el “Guernica” para realizar una obra de arte contemporáneo: un video llamado “A Cry for Peace”, en 2014. Asimismo, en la Ermita de San Antonio de la Florida, Estados Unidos, lugar que alberga los frescos de Goya, realizó la intervención conocida como “Ángelas” (2017).
Eso es una pequeña muestra de la trayectoria de quien asegura que, cuando se trata de arte, nunca se limita. “Comencé haciendo fotografía, pero soy muy inquieta y me gusta explorar otros medios. Me considero una artista multidisciplinaria y, dependiendo del proyecto, recurro a los más adecuados para llevarlo a cabo”.
A inicios de 2024, se inauguró la exposición “Un Nuevo Mundo”, siendo la muestra que el Palacio de Liria, en España, escogió para comenzar su programa de arte contemporáneo. Se trata de una enriquecedora propuesta que concluyó su ciclo el pasado mes de julio, donde realizó un paralelismo entre la exploración espacial y Cristóbal Colón. “Para mí, todo es acerca de este impulso que tenemos los seres humanos de ir más allá de nuestros límites, de trascender, conocer, explorar y descubrir nuevos mundos”, explica Denise a Forbes Life.
“Envía una postal al espacio” involucra, en México y España, a distintas fundaciones.
Para ello colaboró con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés). Eso posibilitó que pudiera realizar distintas réplicas de artefactos de dicha organización internacional, así como recreaciones de meteoritos, para la exposición. La muestra se basó en 21 cartas autógrafas de Cristóbal Colón pertenecientes a la Colección de la Casa Alba, las únicas que existen en manos privadas en el mundo. Para ello, tuvo acceso a los facsímiles, que le permitieron realizar yuxtaposiciones entre sus esculturas. La NASA, además, le autorizó usar extractos de textos conectados con el Apolo 11.