Una celebración musical única en el marco del Día de Muertos
En la vibrante Ciudad de México, la Ofrenda Musical del Día de Muertos de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) se llevó a cabo el pasado 3 de noviembre en la sala Silvestre Revueltas de la Ollin Yoliztli. Este evento, dirigido por el talentoso Eduardo Álvarez, acordeonista y violinista, ofreció una experiencia inolvidable para todos los asistentes.
La orquesta interpretó obras de dos compositores europeos: la «Obertura y Suite del Cid» de Jules Massenet y el «Capricho Bohemio» de Sergei Rachmaninoff. Aunque estas piezas no estén directamente relacionadas con el Día de Muertos, el director Álvarez explicó de manera amigable cómo se conectan con el espíritu de la festividad. La «Obertura y Suite del Cid» presenta tres líneas musicales principales: El Cid, Jimena y el rey de España, creando un vaivén de frases musicales que transportan a los espectadores.
El «Capricho Bohemio» de Rachmaninoff comenzó con una marcha fúnebre, destacando los instrumentos graves como el fagot, el chelo y el contrabajo. La participación de las percusiones, con seis intérpretes en escena, añadió un toque especial a la interpretación. La pieza se transformó en una melodía etérea, encabezada por las flautas y el arpa, evocando a personajes espirituales flotando sutilmente por el aire.
El concierto culminó con una explosión triunfal de los metales, invitando al público a unirse con un grito colectivo. Esta experiencia no solo honró a los difuntos, sino que también celebró la vida y la riqueza cultural de México.