Se realizó este tradicional evento del centro comercial con el apoyo de diversos locatarios, que cooperaron con los premios escondidos en cada muñequito
Plaza Galerías celebró a lo grande el Día de Reyes, y para ello invitó Melchor, Gaspar y Baltasar al la tradicional celebración que año con año se lleva a cabo en ese centro comercial, donde se parte la infaltable rosca, se reparten premios y se comparten unos momentos de alegría entre las familias y niños que asistieron al evento.
Cabe destacar que los 32 metros oficiales del citado pan de temporada no tuvieron comparación con el largo de la fila que se hizo para recibir una rebanada que, con algo de suerte, traería un muñequito, y con él, un premio cortesía de los negocios quienes integran la gran familia de Plaza Galerías.
“Esto se hace como una tradición, que cada año mejora en cuanto a calidad y organización. Los locatarios de la Plaza donan artículos y así, a quien le salga el monito se hace acreedor a un premio. Este año se escondieron 65 muñequitos”, informó Karely Chávez, directora de Marketing de Plaza Galerías, y en esta ocasión encargada también de partir la rosca y repartirla entre los paseantes por el centro comercial.
Agregó que todos los locatarios, de una u otra manera cooperan para que no sólo haya tantos regalos por entregar, sino para que hasta la entrega de la rebanada se haga con la atención que merecen los clientes de la Plaza. “Polet, Sixty Estudio Mix Liverpool… hasta las islas y comercios pequeños pusieron de su parte para que esto sea un éxito”, añadió Chávez.
El catálogo de premios fue variado, destacando vales de monederos electrónicos, los infaltables juguetes para los más pequeños del hogar y, como premio mayor, un teatro en casa. Este último, distinguido en el pan por un monito de color amarillo.
“Nos llena de alegría compartir con todos esta celebración y las sorpresas que con cariño preparamos para nuestros clientes”, finalizó Karely, deseando a los asistentes muchas felicidades en un día tan especial y reintegrándose para seguir repartiendo la rosca en un ambiente cargado de entusiasmo y de alegría compartida.