En un ataque nocturno sin precedentes, Rusia ha lanzado 188 drones contra la mayoría de las regiones de Ucrania, marcando el mayor número de drones desplegados en una sola ofensiva.

Este ataque ha causado daños significativos en edificios residenciales e infraestructuras críticas, incluyendo la red eléctrica nacional. Aunque la mayoría de los drones fueron interceptados, el asalto ha dejado una estela de destrucción considerable.
La fuerza aérea ucraniana informó que el ataque se centró en 17 regiones, y aunque no se reportaron víctimas inmediatas, la alarma aérea en Kiev duró más de siete horas, subrayando el impacto en la vida cotidiana de los civiles. Este aumento en la intensidad de los ataques con drones, misiles y bombas guiadas refleja una estrategia rusa que se ha intensificado desde mediados de año.
En el campo de batalla, Rusia ha mantenido el impulso durante el último año, logrando avances tácticos en la región oriental de Donetsk. Los analistas occidentales advierten que las fuerzas rusas están amenazando rutas de suministro críticas en Donetsk, lo que añade presión a las defensas ucranianas. A medida que se acerca el invierno, Ucrania enfrenta desafíos crecientes, con preocupaciones sobre la fiabilidad del suministro eléctrico y el apoyo internacional.