Cada vez hay más señales y razones de que esta próxima elección aún no está definida
La demostración de fuerza que dio ayer la sociedad civil organizada es todo un mensaje para lo que viene en las elecciones del 2 de junio. Todas las encuestas que hoy dan una ventaja importante a la candidata del oficialismo, Claudia Sheinbaum, pueden palidecer y derrumbarse si el “factor ciudadano” se decide a salir masivamente a votar en los próximos comicios para expresar su opinión sobre el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador y su posible continuidad.
El Zócalo lleno, junto con las principales plazas públicas de toda la República, sin camiones mandados desde los estados, sin los burdos y costosos acarreos de las clientelas partidistas y, sobre todo, sin más consigna que la defensa de una democracia que se avizora en riesgo, es un claro termómetro de la molestia ciudadana que está creciendo ante el abandono de las principales problemáticas del país, y podría desembocar en un voto de castigo a este gobierno. Y que no se engañen los partidos opositores porque no son ellos los que mueven ni convencen a los ciudadanos inconformes que no necesariamente ven bien a sus candidatas y candidatos: la oposición ha sido rebasada y se ve muy pequeña y mezquina frente a la ola ciudadana que amenaza convertirse en un tsunami.
Y ese es el peor error que hoy van a cometer en su soberbia el presidente y su candidata, junto con toda sus hordas de bots, opinadores y demás entenados y fanáticos a los que les hizo justicia la transformación: descalificar a las manifestaciones masivas de ayer domingo en todo el país, etiquetándolas como “marcha de la derecha” y repitiendo su rosario de quejas y ataques contra Claudio X y compañía, es algo que sólo refleja la soberbia y la ceguera de los que hoy detentan el poder.
Porque sin quitar ni negar que ese y otros empresarios sí están detrás de varias de las organizaciones civiles convocantes y sí las financian y promueven este tipo de manifestaciones, la inmensa mayoría de los ciudadanos que asisten a lo largo y ancho del país y que son representativos de todos los niveles de la clase media mexicana —desde la más baja hasta la media alta— no obedecen consignas ni del empresariado ni de nadie y sólo los mueve un sentimiento de hartazgo, de enojo y de rechazo al gobernante que juró ser la “esperanza” y terminó siendo otra decepción más, pero que además se transformó en una amenaza autoritaria para el futuro de la República.
Las elecciones en México y el mundo suelen definirlas, en la mayoría de los casos, las estructuras partidistas y su capacidad para entusiasmar e involucrar a los ciudadanos con las promesas, propuestas y hasta la demagogia de sus candidatos. Pero hay también en el mundo electoral y de la democracia, fenómenos ocasionales y cíclicos que suelen romper con el dominio y el monopolio partidista para dar paso a una participación masiva en las urnas que, inevitablemente, rompe cualquier pronóstico, encuestas o poderío de las estructuras de los partidos y sus clientelas y militancias que se ven rebasadas totalmente por las olas ciudadanas cuando éstas emergen con toda su fuerza en las votaciones.
Ha pasado históricamente y sigue pasando en la actualidad. Fenómenos como el de Javier Milei en Argentina, el triunfo de Trump en el 2016 en Estados Unidos, o el del PSOE-Podemos ese mismo año en España, no se entenderían sin el “factor ciudadano” que rebasó a los partidos y logró triunfos y alternancias contundentes tanto hacia la izquierda como hacia la derecha. En México también ha sucedido en al menos dos ocasiones de nuestra joven democracia: en el año 2000 cuando la ola ciudadana se sumó al folclórico candidato del PAN, Vicente Fox, para sacar al PRI de Los Pinos por primera vez en 75 años, y más recientemente cuando los ciudadanos apartidistas confiaron en López Obrador para castigar la descarada corrupción en el sexenio peñista.
Si ya ha pasado en otras elecciones mexicanas, puede pasar en esta megaelección de 2024. Y por eso son significativas las marchas de ayer en las principales ciudades mexicanas en las que los ciudadanos sin partido, los que suelen definir las elecciones más cerradas al hacer la diferencia o que también pueden irrumpir masivamente y cambiar cualquier resultado anticipado por las encuestas y tendencias, salieron a mostrar su fuerza y a mandar el mensaje, para quien lo quiera entender, que no hay estructura clientelar o partidista que resista el embate del “factor ciudadano” cuando este decide salir a votar provocando una ola que puede crecer hasta arrasar a los partidos más poderosos y a sus soberbios gobernantes.
Cada vez hay más señales y razones, cada vez más claras y evidentes, que las ve quien las quiera ver, de que esta próxima elección, contra los que ya cantan victoria y se regodean en su dinero, su poder y sus encuestas, aún no está definida. Y quien la definirá al final el 2 de junio podrían ser las estructuras políticas y partidistas, con todo y sus bases clientelares y los que se sienten beneficiados por los programas de apoyo en efectivo de este gobierno; pero también la decisión final podría estar en el multicitado “factor ciudadano”, que si emerge con toda su fuerza, como se asomó ayer en las movilizaciones que son apenas una pequeña muestra del voto ciudadano y apartidista, entonces sí que se agarren los que sueñan con la continuidad de un nuevo régimen cada vez más intolerante y autoritario.
NOTAS INDISCRETAS… Ayer, mientras los ciudadanos salían a defender la democracia por todo el país, la candidata de Morena y aliados, Claudia Sheinbaum, acudió a registrarse ante el INE. Arropada por toda la clase gobernante morenista —incluidos gobernadores y gobernadoras que viajaron desde sus estados con cargo al erario— la abanderada presidencial no se aguantó las ganas y, en medio de su discurso en el que hablaba de sus propuestas a los mexicanos, se lanzó dura y agresiva contra los ciudadanos que marcharon ayer por toda la República: “Es así, que resulta importante y más aquí en este recinto, señalar la falsedad e hipocresía de aquellos que hablan o marchan por la democracia, cuando en su momento promovieron fraudes electorales, o nunca vieron la compra de votos, o se les olvidó respetar a los pueblos indígenas promoviendo la discriminación y el clasismo, pero hoy no venimos a hablar de ellos”, dijo Sheinbaum que calificó de “falsos e hipócritas” a todos los que ayer decidieron salir a manifestarse en la CDMX y en todo el país. No cabe duda que la soberbia y el hígado son malas consejeras, porque en el mismo evento, la candidata oficialista presentó sus 15 propuestas a los mexicanos entre las que destacó: “Garantizaremos las libertades de expresión, de reunión, de concentración y movilización y nunca usaremos la fuerza del Estado para reprimir al pueblo; respetaremos y haremos respetar la diversidad política social, cultural y sexual de nuestra sociedad”. Luego entonces, si cree en las libertades y en su defensa ¿para qué atacar, denostar y descalificar a los ciudadanos que se manifestaron ayer? Las acciones dicen más que las promesas y Claudia Sheinbaum ayer, en sus 15 puntos, prometió defender todos los postulados del régimen que quiere instaurar López Obrador, incluido en de la descalificación y el ataque a quienes no están de acuerdo con ese régimen. Ese es su verdadero rostro intolerante y autoritario… En el tema de la nueva orden de aprehensión obtenida por la FGR en contra del exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca, la situación se pone cada vez más tensa. El fin de semana el exmandatario panista de Tamaulipas respondió desde su exilio en Estados Unidos acusando que sigue la persecución política en su contra y diciendo que se están metiendo con su familia por las acusaciones en contra de su madre y hermanos que incluyen las nuevas órdenes por delitos de delincuencia organizada y desvío de recursos públicos como gobernador. “Me quieren doblegar metiéndose con mi familia, pero aquí nadie se dobla”, dijo Cabeza, mientras ayer corrían versiones insistentes de que la Fiscalía ya emitió una “ficha roja” de búsqueda para la Interpol y de que en las próximas horas se podría pedir su extradición desde Estados Unidos. Incluso un medio de internet tamaulipeco afirmaba ayer que el gobierno de López Obrador pidió a los enviados de Washington en su último encuentro con la directora de Seguridad Nacional, Elizabeth Sherwood, la detención y entrega de Cabeza de Vaca por parte del gobierno estadunidense. De ninguna de las dos versiones, de búsqueda internacional y extradición, había aún información oficial de la FGR, pero está claro que desde Palacio Nacional salió la orden de emprender otra nueva cacería contra el exmandatario panista que venció al gobierno federal en los tribunales y al que intentarían evitar que compita como candidato a diputado del PAN por la vía plurinominal, lo que equivale a que volviera a contar con fuero. Viene la segunda batalla de la guerra de la 4T contra Cabeza. Veremos quién se impone esta vez… En Morena siguen hechos bolas con la definición de sus candidaturas. El error cometido por Mario Delgado y su equipo, de haber publicado listas de candidatos a diputados sin haber incluido las cuotas legales de pueblos indígenas, diversidad sexual y discapacitados, ya hizo que tuvieran que eliminar a varios candidatos que ya habían anunciado, no sólo de Morena, sino del PVEM y el PT, lo que ha comenzado a provocar reclamos y protestas internas que van a crecer esta semana porque muchos que ya se habían visto en las listas tuvieron que ser eliminados para incluir dichas cuotas. Si eso se suma lo que viene en las candidaturas morenistas para las alcaldías más importantes de la República, la cosa se va a poner del mismo color del partido, es decir color hormiga. Porque en cada una de las capitales más relevantes, por la votación que aportan y su tamaño, mandaron a hacer encuestas para definir quién debe ser el candidato. Por ejemplo en Puebla, ganó la encuesta Pepe Chedraui y ya se aceptó que será el candidato, pero en Acapulco el problema es que la polémica alcaldesa, Abelina López, no logró ganar claramente la encuesta y salió muy cerrada con el segundo lugar, y aunque ya hablaron con la actual alcaldesa para pedirle que se haga a un lado porque “sus negativos son muy altos”, para dar paso al segundo lugar que puede ser más competitivo, pero Abelina se niega y se está aferrando al cargo. Vienen días turbulentos en el morenismo… Los dados mandan Escalera Doble. La semana promete.