En un movimiento que ha levantado nuevas tensiones diplomáticas, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, cambió abruptamente la ruta de su vuelo hacia Estados Unidos para evitar sobrevolar territorios donde podría ser arrestado por crímenes de guerra y lesa humanidad.

La modificación de la trayectoria fue detectada por la plataforma de seguimiento aéreo Flightradar24, que mostró cómo el avión despegó desde Tel Aviv con rumbo a Nueva York, pero evitó cuidadosamente el espacio aéreo de países como Francia y España —ambos firmantes del Estatuto de Roma y con potestad para ejecutar la orden de detención emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) en noviembre de 2024.
Aunque el vuelo sí pasó brevemente por el espacio aéreo de Grecia e Italia, el desvío extendió el trayecto en más de 600 kilómetros, según reportes del diario israelí Haaretz, que también destacó que esta ruta es inusual en comparación con los seis viajes anteriores de Netanyahu a Estados Unidos.
La decisión de alterar el vuelo coincide con la celebración de la Asamblea General de la ONU, un evento que ha intensificado el foco internacional sobre la situación en Gaza. Desde que la CPI emitiera las órdenes de arresto contra Netanyahu y su entonces ministro de Defensa, Yoav Gallant, por su responsabilidad directa en la ofensiva militar contra la Franja, el aislamiento diplomático del gobierno israelí ha ido en aumento.
Organismos internacionales como la ONU, relatores de derechos humanos y múltiples organizaciones no gubernamentales han calificado los ataques en Gaza como un genocidio. De acuerdo con cifras de observadores internacionales, más de 65,400 personas han perdido la vida desde que comenzó la ofensiva.
Además del discurso que Netanyahu ofrecerá en la ONU, se espera que se reúna en Washington con el presidente Donald Trump en los próximos días, en un intento por reforzar sus alianzas más sólidas ante la creciente presión global.
El contexto es especialmente delicado tras el reconocimiento del Estado palestino por parte de varios países europeos, incluidos Francia y España, que también han respaldado las investigaciones de la CPI.
La maniobra aérea de Netanyahu, más allá de ser una simple ruta alternativa, pone en evidencia el complicado panorama legal y político que enfrenta actualmente el gobierno israelí ante la comunidad internacional.